Rinus Michels fue el creador de una escuela. Pionero de una manera de jugar y hacer el fútbol. Pero toda tradición sabemos que se ampara en un suceso extraordinario; les hablo de la holanda del `74. La Naranja Mecánica y la idea del “fútbol total”. Cualquier jugador en cualquier parte de la cancha. Todos atacan y todos defiende. Monopolio de la pelota como convicción innegociable y el axioma soñado de organización y espontaneidad parece realizado. Un fútbol acompañado de una gran preparación física, para poder bancar el desgaste que exige una presión constante en todos los recovecos de la cancha. Una estética con jugadores de pelo largo, patillas extensas, barba y andar bohemio, le dieron una impronta particular. Sumando a esto actitudes contestatarias y hasta rebeldes de algunos de sus jugadores (rechazar la medalla de subcampeón en 1978 por ser entregada en manos de dictadores). Criticada –digámoslo también- por la falta de ese plus que debe advenir en los momentos cumbres, y la falta de eficacia y contundencia antes la enorme montaña de situaciones de gol creada por partido. (Mientras escribo esto, por la televisión dice Macaya “la Holanda del `74 era un equipo que te obligaba a inventar palabras”).
Una aclaración: este blog está hecho por varios, siempre la firma es colectiva , pero las posturas probablemente difieran...
viernes, 9 de julio de 2010
Idea (pequeño homenaje a Rinus Michels)
Rinus Michels fue el creador de una escuela. Pionero de una manera de jugar y hacer el fútbol. Pero toda tradición sabemos que se ampara en un suceso extraordinario; les hablo de la holanda del `74. La Naranja Mecánica y la idea del “fútbol total”. Cualquier jugador en cualquier parte de la cancha. Todos atacan y todos defiende. Monopolio de la pelota como convicción innegociable y el axioma soñado de organización y espontaneidad parece realizado. Un fútbol acompañado de una gran preparación física, para poder bancar el desgaste que exige una presión constante en todos los recovecos de la cancha. Una estética con jugadores de pelo largo, patillas extensas, barba y andar bohemio, le dieron una impronta particular. Sumando a esto actitudes contestatarias y hasta rebeldes de algunos de sus jugadores (rechazar la medalla de subcampeón en 1978 por ser entregada en manos de dictadores). Criticada –digámoslo también- por la falta de ese plus que debe advenir en los momentos cumbres, y la falta de eficacia y contundencia antes la enorme montaña de situaciones de gol creada por partido. (Mientras escribo esto, por la televisión dice Macaya “la Holanda del `74 era un equipo que te obligaba a inventar palabras”).
Superlógico
Ensayo sobre Bielsa por el amigo Fede.
¿Es conveniente apostar todas tus fichas a una idea de la cual estas profundamente convencido, o es mejor ser cauteloso, observar lo que tenes enfrente y, en base a eso, readaptar tu idea inicial? El hecho de no llevar adelante una estrategia que siempre te caracterizó (y que dió sus frutos), nada más que porque el rival con el que te toca jugar es “temerario”, ¿no te coloca en un lugar lindante a la cobardía, a la mezquindad?
¿Por qué Bielsa, entonces, va a renunciar a su idea de “atacar siempre” justo en el partido contra Brasil? Si él está convencido que su Chile puede jugarle de igual a igual a la potencia futbolera mundial por excelencia, ¿por qué no lo va a hacer en un partido de octavos de mundial?
miércoles, 7 de julio de 2010
El azar o el injusto capricho de los dioses.
¿Cuántas veces escuchamos a algún jugador declarar el argumento “no, tuvimos suerte”; O cuando nos sorprendemos a nosotros mismos gritando “¡¡que culo, la puta madre!!” ¿y que decir de la tan mencionada “suerte de campeón”?
El azar cumple un rol insoslayable en el fútbol como en cualquier juego. No es un agregado, un accidente, sino que palpita en su propia sustancia. El fútbol es puro movimiento. Nada de lo otrora preestablecido puede asegurar que se plasme en lo concreto. La fortuna es el único imperativo. Althusser llamaba Clinamen a la desviación de los entes que se desplazan del carril de lo preestablecido lógicamente. En ese desborde y viraje de dirección involuntario, se producen colisiones, choques, que conforman nuevas acciones, sentidos y constituye unidades corpóreas. Lo aleatorio configura este movimiento. Podrá haber horas y horas de practica, análisis de videos, férreas concentraciones, pero en el fluir del juego, puede haber conexiones imprevistas, que deshagan en trizas todo lo previsto, ya que lo impensado desbarata cualquier intento de sincronía perfecta. El devenir del partido son las esquirlas del choque de dos espadas. Pero las efectuaciones de ese choque no tiene sentidos definidos. Puede tener intenciones pero su derrotero no responderá nunca a una cartografía diseñada a medida. Nunca olvidemos la lección de Bergon: el movimiento también tiene su movilidad…
domingo, 4 de julio de 2010
A descolgar los trapos (o la campana sonó y despertó tus tristezas...)
Todo se detuvo por unos segundos, un silencio sepulcral invadió el ambiente. Solo se escuchaban las voces –lejanas, nunca tan lejanas (ahora si, por fin, nuevamente encerradas en la pantalla del televisor) de los comentaristas del partido; los editorialistas interesados de una angustia que desbordaba por los cuatro costados a las pantallas. Esas voces también eran descarnadas. Por un lado nosotros en las sillas, parados , o sentados en el piso ocultando nuestros rostros entre las manos, llorando o destilando bronca, en todos los casos; shokeados. (Por suerte el futbol es uno de los pocos reductos en que está permitido desplegar las subjetividades lacrimógenas en público). Mientras las reacciones corporales (cuerpos en carne viva) se confundían y se atropellaban, el televisor y su realidad se replegaba y se alejaba de nuestras vidas, dejábamos de ser el mundial, ser-Maradona y la selección, pero también nos despedíamos lentamente de esos devenir-periodistas (esas horas y horas de tv y notas deportivas que consumimos en estas semanas), toda esa escenografía (periodistas, jugadores, publicidades, luces y emotividad al mango) empezaba a desinflarse, dejaba de ocupar todo el espacio de nuestra cotidianidad y lentamente –como partículas de mercurio que retrocedían para buscarse y fundirse en una sola gota- se envolvían volviendo a los marcos de la pantalla de TV. Si, la realidad se nos aparecía brutal y descarnada sobre el rostro. De un lado, un televisor, del otro nosotros juntando nuestros pedazos. Esta es una de las tantas cuestiones por las que reivindicamos al fútbol, (su dimensión afectiva, no a su faceta mercantil. Si es posible esta separación en medio de lo promiscuo y retro alimentante de esta convivencia…). Pocas situaciones de la vida social nos ponen ante la evidencia desnuda del poder de la Realidad. Si, con mayúscula. Pocas veces sentimos en nuestra sensibilidad y en nuestros estados de ánimo un rechazo más visceral por lo dado, por lo obvio y macizo de su materialidad. Un malestar sentido de manera intensa y desbaratadora. Excepcionalmente experimentamos el malestar que ocasiona la Realidad.
¿Qué hacer con este malestar? , ¿Se puede habitar de manera potente?
Hay que alentar a Marado...
Llego la perdida, nuestra derrota, todas las cabalas entraron en una inspección despiadada... Los que no miraban para abajo, nos mirábamos entre lágrimas y decíamos ¿Hicimos todo bien?... Buscábamos una respuesta, alguien que nos invente otro partido. El dolor nos dejo paralizados... podemos caer en un nihilismo reactivo, en donde nos dejara de interesar el fútbol y todo a su alrededor (consideramos al fútbol solo como un negocio de mierda). O sino tomamos un postura culpabilizadora, y puteamos a los jugadores, el técnico, los dirigentes, sus hijos, nietos, el presidente, etc... pero eso no nos convence... los jugadores dejaron todo, huevos, garras, belleza, momentos de muy buen fútbol... el técnico es Dios, y la premisa es simple: hay que alentar a marado... hay que alentarlo hasta la muerte... porque yo a Diego lo quiero, porque yo soy un bostero y lo llevo en el corazón. Otra posibilidad es armar un grupo terrorista, conseguir guita de donde sea y tomarnos un Avión a Alemania para cagar a trompadas a todos los hinchas alemanes, los jugadores, y colgar al siete alemán del travesaño... pero es claro que es una salida esquizofrénica y exagerada que profundizara más nuestro dolor.
Quizá lo único que nos quede, es aquello que nos demuestra el fútbol todo el tiempo... vive del dolor... nace de la derrota... no habría posibilidad de semejante amor al fútbol sin la maldita derrota... quien no lloro alguna vez por la pelota, tanto por tristeza, como por la más grande de las felicidades... Los ingredientes del fútbol ya los conocemos, conocemos bien la cara con lágrimas contra el barro... ya sabemos lo que es esperar cuatro años continuamente... y justo en ese momento nace cada Mundial, desde ahí lo comenzamos a jugar, de todo este dolor y bronca que fluirán entre nosotros hasta conseguir la gloria, esa que late en nuestra cien cuando se acerca el partido, esa que ya nos dará un Mundial. Confiemos, de este dolor va nacer nuestro proximo mundial.
jueves, 1 de julio de 2010
Pier Paolo Pasolini sobre el fútbol (Publicado en la edición de hoy de Página/12)
El fútbol es un sistema de signos, o sea un lenguaje. Tiene todas las características fundamentales del lenguaje por excelencia, el que nosotros nos planteamos en seguida como término de confrontación, o sea el lenguaje escrito-hablado. De hecho, las “palabras” del lenguaje del fútbol se forman exactamente igual que las palabras del lenguaje escrito-hablado. Ahora bien, ¿cómo se forman estas últimas? Se forman a través de la llamada “doble articulación”, o sea a través de las infinitas combinaciones de los fonemas que son, en italiano, las veintiún letras del alfabeto. Los fonemas, por tanto, son las “unidades mínimas” de la lengua escrito-hablada. ¿Queremos divertirnos definiendo la unidad mínima de la lengua del fútbol? Veamos: “Un hombre que usa los pies para patear un balón” es esa unidad mínima: ese “podema” (si queremos seguir divirtiéndonos). Las infinitas posibilidades de combinación de los “podemas” forman las “palabras futbolísticas”, y el conjunto de las “palabras futbolísticas” forma un discurso, regulado por auténticas normas sintácticas. Los “podemas” son veintidós (casi igual que los fonemas), las “palabras futbolísticas” son potencialmente infinitas, porque infinitas son las posibilidades de combinación de los “podemas” (en la práctica, los pases de balón entre jugador y jugador); la sintaxis se expresa en el “partido”, que es un auténtico discurso dramático.
miércoles, 30 de junio de 2010
La locura
Tiene un plan en su cabeza, a infinitas y caóticas velocidades se dibujan los esquemas de juego y las opciones de pase, miles de flechas, diagramas de partidos, situaciones que se hacen visibles y luego se desdibujan. Pizarrones, tácticas, estrategias…pero el no juega. El maneja toda la información, pero está afuera.
Tiene una fijación neurótica: buscar el arco contrario.
De expertos, ignorantes y pragmáticos. Un dialogo entre diferentes filosofías futboleras. (Bielsa, Lippi, Dunga, Maradona).
lunes, 28 de junio de 2010
¿La pelota no se mancha? (Fútbol, ilegalismos y tecnología)
sábado, 26 de junio de 2010
El Diego: La lección del ignorante
Dice Maradona: "yo le fui a contar a Messi que a mí nadie me dijo dónde tenía que jugar. Entonces, yo no le tenía que decir a Messi dónde él tenía que jugar".
Es que el Diego trastocó los lugares, o mejor dicho, intentó minimizar las fronteras o las divisiones entre los roles: por un lado no dejar el “saber” técnico del lado del DT, sólo del lado del cuerpo técnico, sino implicarlos a los jugadores en esa, invitarlos a ellos mismos a desplegar lo que saben (escuchándolos, animándolos, “no explicándoles”...) y por otro lado, llevar el saber, las mañas, los gestos del Diego-jugador de fútbol al lugar del DT: “El Diego piensa como jugador, y eso nos fortalece, nos hace muy bien… nos entiende”, dice Tevez; "Diego encontró el tono exacto. Estaba tranquilo pero decidido y seguro. Diego vive esto de forma todavía más intensa que nosotros, se siente un jugador. En el vestuario teníamos la piel de gallina, no nos lo vamos a olvidar nunca más en la vida", dijo Demichellis refiriéndose al partido debut (y sabemos que hay inteligencia sólo allí donde hay voluntad, emoción y afectos). Es ya común durante un partido ver a Verón acercándose al banco e intercambiando impresiones con Maradona, de igual a igual. Hay que decir que el mismo Diego muchas veces se refirió a que nos es técnico, sino jugadorista…
Marcelo Bielsa: Entre el riesgo y la prudencia
Un partido tiene un comienzo, que baila sobre un equilibrio precario, frágil, cargado de plena contingencia como es el cero a cero. El gol es el acontecimiento más importante del fútbol; se gana o pierde por ellos. Pero en medio de todo esto hay estéticas y filosofías. ¿Empiezo a defender y atacar desde mi arco, o desde el arco de enfrente? ¿La pelota es mía o de los demás? y podemos seguir muchísimo más… Pero siempre sea cual sea mi concepción esta se posa en un concepto, aunque inextricablemente atado a la incertidumbre y lo impensado. El juego es movimiento, ir a buscar los arcos, desplazamiento de cuerpos y exposición.
jueves, 24 de junio de 2010
El mundial: entre las pantallas y el juego...
lunes, 21 de junio de 2010
Remeras apretadas
domingo, 20 de junio de 2010
El equipo de Joao Havelange
Primer Game Over
jueves, 17 de junio de 2010
Banquemos las vuvuzelas (la mas maravillosa música...)
Es un mundial que recién empieza, pero ya sabemos por una de las cosas que lo vamos a recordar: las vuvuzelas. Si, un detalle, un dato de color, lo exótico que seduce. La palabra vuvuzela proviene de la lengua zulú, y significa “hacer ruido” o “baño de ruido”. La melodía que emana imita al barritar de los elefantes. Hay quienes midieron su estruendo en un estadio lleno, y dicen que alcanza los 127 decibeles, prácticamente los mismos que genera el despegue de un avión – y ya hay profesionales que hablan de daños irreparables en los órganos auditivos. Ya antes del mundial se hablaba de prohibirlas. Pero el Comité Ejecutivo de la FIFA las permitió y una y otra vez, Rich Mkhondo, vocero de dicho organismo sale a declararlo, ante pedido del Comité Sudafricano. Las vuvuzelas son una creación ancestral, portan una insignia legendaria de múltiples luchas políticas. Sumado esto a un país que pretende mostrar una nación integrada, unida, donde el fútbol es de negros, y el rugby de blancos. Pero empezaron las quejas en el mundial. Los jugadores dicen que no se pueden comunicar en la cancha, que no oyen al compañero, que se hace imposible apreciar una indicación táctica desde el banco (tenemos nosotros el ejemplo de Argentina, y la desatención de Demichelis contra Corea, originada según nuestros jugadores, por las estridentes trompetas). Los medios que cubren la copa –la BBC de Londres a la cabeza- enardecidos con que se complican las transmisiones. Lo cierto es que por el momento la FIFA las sigue permitiendo. Aunque el director ejecutivo del Comité Organizador, Danny Jordaan, dijo que si era necesario prohibirlas lo harían, y que preferirían que las personas canten.
miércoles, 16 de junio de 2010
Fútbol y pensamiento...(Fragmento)
martes, 15 de junio de 2010
Sobre la Jabulani...
¡Cuánto se esta hablando de la pelota! Que es liviana, vuela, serpentea en el aire y confunde a cualquier arquero. Julio Cesar –arquero de Brasil, de los mejores del mundo- dijo que parecía de esas pelotas compradas en un supermercado… La bocha sabemos que la confeccionó Adidas -casualmente, la misma con la que se juega en Argentina. Es una pelota livianita, que persigue confundir y complicar arqueros, para hacer mas entretenido el mundial, con más goles, a sabiendas de lo aburrido y poco goleador del último en Alemania. ¿Cómo se confeccionó dicho balón? Mediante técnicas de alta gama, y probada por máquinas robotizadas. Nada de aquella artesanidad de antaño, de pelotas cosidas, o probadas por jugadores de carne, sangre y hueso. Estos robots sirven para que un par de expertos (seguro que un par de pechos frío, que capaz ni les gusta el fútbol) comprueben mediante estadísticas y ensayos contables el derrotero de su fisonomía. Ahora bien, les pegunto: ¿Por qué se juega con esta pelota de laboratorio? Si la bocha es el cincel para que 22 artistas en una batalla se peleen por modelar la mejor figura, con diferentes formas, tácticas, gustos y estilos, ¿por qué tienen que estar disconformes y a disgusto? Voy a decir algo que ya sabemos, pero vale repetirlo: el mercado se infiltra en todos lados. Si, hasta en algo tan íntimo como la pelota con la que se juega. Y nadie puede decir nada; pregúntenle a Cacá, que Adidas (marca que lo viste) ya lo llamó para que baje los decibeles con las críticas… Es que no solo complica a los arqueros (el de Inglaterra, Argelia, y seguro va a ver más), si no también a todos los demás. Si los Kaka, Verón, Pirlo, Gerard, Messi, encargados de abrir los imposibles ante los posibles que impone un entramado defensivo contrario, se quejan, que queda para nuestro amado juego… No se buscan los goles por la calidad, prestigio y sapiencia deportiva, sino por fallas de los intérpretes. La pelota, como cosa fálica -aunque espectacularizada-, habrá que saberle agarrar la mano y curtirse. Como cuando íbamos a la escuela, y en los recreos lo único que queríamos era jugar al fútbol, y armábamos cualquier pelota con lo que teníamos a mano, como las cajas de cepita, papeles, piedras o cascotes, y nos hacían alcanzar el éxtasis fervoroso del gol.