Este es un blog que creamos para narrar nuestra experiencia mundialera. Partimos de una certeza: el mundial como acontecimiento global secuestra nuestros estados de ánimo (altera nuestra rutina cotidiana rediseñando los flujos de tiempo que nos ordenan socialmente. Se vuelve prioridad. Todo lo demás queda minimizado; si no nos es posible huir fisicamente de la rutina laboral-social, lo hacemos de manera mental...). Pues bien, en este blog colgaremos los partes diarios de ese secuestro. De esa abducción futbolera. Serán como las cartas desde Honolulu. Comentarios caóticos, o mas reflexivos, nuestros o de los amigos, recortes de diarios o imagenes de publicidades, todo puede colarse. Todo lo que deje la resaca de estas huidas afectivas. Asi como el mundial será la televisión encendida de estos días (las vuvuzelas de los sudafricanos son el zumbido que auspicia de banda sonora)...Este blog auspiciará de libreta de notas futbolera. Estan todos invitados a participar de esta alucinación colectiva (que otra cosa es un mundial?).

Una aclaración: este blog está hecho por varios, siempre la firma es colectiva , pero las posturas probablemente difieran...



sábado, 26 de junio de 2010

El Diego: La lección del ignorante

Una máxima del Maradona DT parece ser vincularse con los jugadores en tanto lo que ellos “saben” y “piensan” de fútbol. Seguramente muchos técnicos lo hagan, pero tal vez Maradona radicalizó ese axioma, o por lo menos lo hace más público que los demás. El jugador sabe; el jugador piensa; hay que reconocer y basar la labor del técnico en el saber de los jugadores (y en sus intuiciones) –y no sólo en el de uno o dos jugadores “intérpretes” del DT-.
Dice Maradona: "yo le fui a contar a Messi que a mí nadie me dijo dónde tenía que jugar. Entonces, yo no le tenía que decir a Messi dónde él tenía que jugar".
Es que el Diego trastocó los lugares, o mejor dicho, intentó minimizar las fronteras o las divisiones entre los roles: por un lado no dejar el “saber” técnico del lado del DT, sólo del lado del cuerpo técnico, sino implicarlos a los jugadores en esa, invitarlos a ellos mismos a desplegar lo que saben (escuchándolos, animándolos, “no explicándoles”...) y por otro lado, llevar el saber, las mañas, los gestos del Diego-jugador de fútbol al lugar del DT: “El Diego piensa como jugador, y eso nos fortalece, nos hace muy bien… nos entiende”, dice Tevez; "Diego encontró el tono exacto. Estaba tranquilo pero decidido y seguro. Diego vive esto de forma todavía más intensa que nosotros, se siente un jugador. En el vestuario teníamos la piel de gallina, no nos lo vamos a olvidar nunca más en la vida", dijo Demichellis refiriéndose al partido debut (y sabemos que hay inteligencia sólo allí donde hay voluntad, emoción y afectos). Es ya común durante un partido ver a Verón acercándose al banco e intercambiando impresiones con Maradona, de igual a igual. Hay que decir que el mismo Diego muchas veces se refirió a que nos es técnico, sino jugadorista…


No es que neguemos el rol o el saber del DT. Pero sí que es posible vincularse con ese saber y ponerlo en juego de otra manera, que es lo que nos parece que está haciendo el Diez. De lo que se trata es de hacer saltar las “especialidades”, esas divisiones tan tajantes de roles (el Diego devolviendo la pelota a la cancha con un taquito, gritando los goles como un jugador más, apostando por jugadas preparadas que los propios jugadores traen de sus equipos europeos, etc.). Llevemos a fondo esta idea (que el fanatismo futbolero y el clima de estos días nos permita soltar un poco la lengua…): el Diego profana la “desigualdad” que esconde toda idea de “transmisión de Saber”, de especialidad; el Diego hace saltar la idea de la “obediencia” al director técnico (en cuanto él es el que sabe)… Ir a decirle a Messi dónde jugar sería, según lo que estamos planteando acá (e insistimos, permítannos exagerar), atontar a Messi. Explicarles a los jugadores es atontarlos. La cosa es escucharlos, sacar de ellos el saber, buscar con ellos su lugar y no decirles o indicarles dónde deben pararse.
Escribimos esto sabiendo lo complicado que sería afirmarlo en la derrota. Pero banquemos el gesto maradoniano, el movimiento que hace como DT, lo que intenta llevar al vestuario, a la concentración, a los entrenamientos. Y, de vuelta, no es que no lleve técnica o no se acepten aquí cuestiones de tácticas, estudios, planes… Es más: muchas veces cuestionamos al equipo por falta de anatomía táctica durante las eliminatorias, los cambios errados y lo contradictorio e imprevisto de muchas decisiones. Un cuerpo técnico que se agitó permanentemente en la polémica, entre la intromisión de Bilardo, la sombra de Batista, la figura de Mancuso, la novela Ruggeri y la posibilidad frustrada de que ingresen Gamboa o el turquito Mohamed.
Otra vez: no se trata en absoluto de “mística” vs. “técnica”, sino de cómo se trabaja grupalmente, cómo se distribuye el saber, cómo se lo pone a circular en un equipo de 23 jugadores y unos cuantos no-jugadores, preparador físico, etc. sin que se esa circulación cristalice en “técnicos explicándole a los jugadores cómo entrar a jugar”. Esta selección está en la vereda opuesta de aquellos equipos pedagogizados por sus técnicos; mayor “pedagogización”, mayor “explicación atontadora” para los jugadores es menor libertad en el campo de juego, menor creatividad, menor voluntad… menor inteligencia.
Algunas ilustraciones. Le pregunta un periodista en qué momento empezó a cambiar la idea del equipo, de aquel conservador ante Uruguay o Alemania a este de ahora. El Diez responde: “Ja, ja, el cambio lo tenía en la cabeza desde hacía mucho tiempo. Lo que pasa es que no tenía la libertad mental de los jugadores para hacerlo, porque uno venía cansado, el otro venía con problemas. Pero cuando los tuve bien mentalmente, les dije: ‘Corran para adelante, corran para adelante, ustedes saben’. Otro ejemplo: una periodista italiana le pregunta al Diego cuál es la diferencia entre la selección del 90 en Italia y esta que llegó a Sudáfrica; el Diez le contesta, en perfecto italiano, que en aquel seleccionado había muchos jugadores que no habían jugado fuera de Argentina entonces era muy importante el planteo táctico para jugarles a los europeos… Ahora todos están súper formados y cazan al vuelo de qué se trata.

Pero esta ruptura maradoniana, no radica sólo en lo que concierne al plano del conocimiento, sino también a las relaciones de poder y la potestad de implementar castigos y sanciones. El Diego contó que se juntan mucho en la concentración (lo escuchamos en otra oportunidad hablar de que cambiaron ciertos momentos de concentración individual por la sobremesa), y que cada vez que hay algún problema se reúnen entre todos y que todo se consensúa, porque él no cree en las sanciones disciplinarias y mucho menos en las multas. Un ejemplo fue elegir capitán a Messi frente a Grecia. La capitanía la eligen los jugadores o el técnico. En este caso la idea la tiró Diego y se juntó con los tres referentes del equipo (Verón, Heinze y Masche) para consensuarlo. Pero ojo que esta libertad de cada uno implica una responsabilidad para los demás, y no se puede tolerar “vedettismos”. Interesante: no una moral unilateral de acatamiento, de imperativos externos a las sensibilidades de los cuerpos, pero tampoco una ética sin deberes colectivos, compromisos grupales, mas de carácter posmoderno; una moral sin atosigamientos pero tampoco caprichitos de bailarinas de Tinelli.
Creemos que estas cosas son posibles sólo una vez que ciertas fronteras y “desigualdades” (que no decimos que sean siempre intencionadas o conscientes en el resto de los Técnicos) son desfondadas, pierden valor, se profanan…
Se trata entonces de generar condiciones de posibilidad, de lugares habitables entre técnicos y jugadores. Eliminar brechas que impiden algo compartido. La construcción de lo común, algo tan importante no sólo en el fútbol, sino para la familia, la escuela, la amistad, las parejas y ni hablar para la política, puede buscarse y lograrse transgrediendo estatus de saber y poder, y no volver a reposiciones añejas que ya no nos interpelan.
Sobre la importancia de la empatía dice Maradona: “Si quieren podemos laburar mañana, tarde y noche, pero si no hay feeling con los muchachos, no existe la historia. Y esta historia se escribe a través de los jugadores.” Sumemos a esto el trato con los jugadores, los abrazos con Messi, Palermo, Demichelis luego de groseros errores…

Pero lo más zarpado del Diego es que sueña con “nuevos héroes para Argentina”. Basta del 86, dice. Pero para eso, la figura de Maradona se desacralizaría un poco. Ya Diego aceptó eso al tomar el seleccionado y bajarse del olimpo. Si gana, y con los jugadores en el centro de escena, esa memoria perderá una porción de su halo mágico. Maradona es un dios poderoso que se inmola; y si no se inmola, en la negociación de carisma tras este campeonato como técnico y aquel 86, es posible que no haga buen negocio… el Diego no es un dios creador que busca triunfos mitológicos para vanagloriase de su obra, sino para traspasar el aura. “Lo que sí, pido que tampoco se olviden de mi”, suplica. El tiempo dirá. Mientras tanto escuchamos su deseo: “Yo quisiera ser el último en besar la copa, porque la ganaron los jugadores, que eso quede bien claro. Yo ya la gané como jugador. Yo ya la besé.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario