Este es un blog que creamos para narrar nuestra experiencia mundialera. Partimos de una certeza: el mundial como acontecimiento global secuestra nuestros estados de ánimo (altera nuestra rutina cotidiana rediseñando los flujos de tiempo que nos ordenan socialmente. Se vuelve prioridad. Todo lo demás queda minimizado; si no nos es posible huir fisicamente de la rutina laboral-social, lo hacemos de manera mental...). Pues bien, en este blog colgaremos los partes diarios de ese secuestro. De esa abducción futbolera. Serán como las cartas desde Honolulu. Comentarios caóticos, o mas reflexivos, nuestros o de los amigos, recortes de diarios o imagenes de publicidades, todo puede colarse. Todo lo que deje la resaca de estas huidas afectivas. Asi como el mundial será la televisión encendida de estos días (las vuvuzelas de los sudafricanos son el zumbido que auspicia de banda sonora)...Este blog auspiciará de libreta de notas futbolera. Estan todos invitados a participar de esta alucinación colectiva (que otra cosa es un mundial?).

Una aclaración: este blog está hecho por varios, siempre la firma es colectiva , pero las posturas probablemente difieran...



viernes, 9 de julio de 2010

Idea (pequeño homenaje a Rinus Michels)

“El artista es precisamente aquel que sitúa su actividad fuera de la vida, aquel que no participa de la vida (práctica, social, política, moral, religiosa) únicamente desde el adentro de la vida, sino que también la ama desde el afuera –allí donde la vida no existe por si misma, allí donde esta vuelta hacia fuera y solicita una actividad situada fuera de ella misma y del sentido-. Encontrar los medios de ponerse en contacto con la vida del afuera, tal es la tarea del artista.” (Mijail Bajtin)

Rinus Michels fue el creador de una escuela. Pionero de una manera de jugar y hacer el fútbol. Pero toda tradición sabemos que se ampara en un suceso extraordinario; les hablo de la holanda del `74. La Naranja Mecánica y la idea del “fútbol total”. Cualquier jugador en cualquier parte de la cancha. Todos atacan y todos defiende. Monopolio de la pelota como convicción innegociable y el axioma soñado de organización y espontaneidad parece realizado. Un fútbol acompañado de una gran preparación física, para poder bancar el desgaste que exige una presión constante en todos los recovecos de la cancha. Una estética con jugadores de pelo largo, patillas extensas, barba y andar bohemio, le dieron una impronta particular. Sumando a esto actitudes contestatarias y hasta rebeldes de algunos de sus jugadores (rechazar la medalla de subcampeón en 1978 por ser entregada en manos de dictadores). Criticada –digámoslo también- por la falta de ese plus que debe advenir en los momentos cumbres, y la falta de eficacia y contundencia antes la enorme montaña de situaciones de gol creada por partido. (Mientras escribo esto, por la televisión dice Macaya “la Holanda del `74 era un equipo que te obligaba a inventar palabras”).

Superlógico

Ensayo sobre Bielsa por el amigo Fede.


¿Es conveniente apostar todas tus fichas a una idea de la cual estas profundamente convencido, o es mejor ser cauteloso, observar lo que tenes enfrente y, en base a eso, readaptar tu idea inicial? El hecho de no llevar adelante una estrategia que siempre te caracterizó (y que dió sus frutos), nada más que porque el rival con el que te toca jugar es “temerario”, ¿no te coloca en un lugar lindante a la cobardía, a la mezquindad?

¿Por qué Bielsa, entonces, va a renunciar a su idea de “atacar siempre” justo en el partido contra Brasil? Si él está convencido que su Chile puede jugarle de igual a igual a la potencia futbolera mundial por excelencia, ¿por qué no lo va a hacer en un partido de octavos de mundial?


miércoles, 7 de julio de 2010

El azar o el injusto capricho de los dioses.

Solo les recuerdo esto: en el fútbol, frecuentemente lo que se piensa no sale, lo que sale no se pensó, lo que se hizo bien resulta mal hecho y lo que se hizo mas hecho puede culminar en gol. Muy frecuentemente. (Dante Panzeri)

¿Cuántas veces escuchamos a algún jugador declarar el argumento “no, tuvimos suerte”; O cuando nos sorprendemos a nosotros mismos gritando “¡¡que culo, la puta madre!!” ¿y que decir de la tan mencionada “suerte de campeón”?
El azar cumple un rol insoslayable en el fútbol como en cualquier juego. No es un agregado, un accidente, sino que palpita en su propia sustancia. El fútbol es puro movimiento. Nada de lo otrora preestablecido puede asegurar que se plasme en lo concreto. La fortuna es el único imperativo. Althusser llamaba Clinamen a la desviación de los entes que se desplazan del carril de lo preestablecido lógicamente. En ese desborde y viraje de dirección involuntario, se producen colisiones, choques, que conforman nuevas acciones, sentidos y constituye unidades corpóreas. Lo aleatorio configura este movimiento. Podrá haber horas y horas de practica, análisis de videos, férreas concentraciones, pero en el fluir del juego, puede haber conexiones imprevistas, que deshagan en trizas todo lo previsto, ya que lo impensado desbarata cualquier intento de sincronía perfecta. El devenir del partido son las esquirlas del choque de dos espadas. Pero las efectuaciones de ese choque no tiene sentidos definidos. Puede tener intenciones pero su derrotero no responderá nunca a una cartografía diseñada a medida. Nunca olvidemos la lección de Bergon: el movimiento también tiene su movilidad…

domingo, 4 de julio de 2010

A descolgar los trapos (o la campana sonó y despertó tus tristezas...)

Barthes escribió en algún lado que no existe aquello del elogio de la locura, el loco no escribe, no puede hacerlo. En la locura no hay escritura (los que lo hacen serian locos impostores). Pongamos que sería lo mismo el acto de escritura ante la tristeza y la angustia. Sabiendo de la dificultad intrínseca de esta mediatización intentemos arrojar unas líneas. Ayer, pocos menos de una hora después del mediodía, tuvo lugar otra eliminación de la selección Argentina en los mundiales (Nuevas imágenes de dolor y angustia que ingresan sin filtro a la memoria colectiva). De nuevo Alemania. No hizo falta que terminara el partido, el 2 a 0 marcado por Klose, actualizo el trauma.
Todo se detuvo por unos segundos, un silencio sepulcral invadió el ambiente. Solo se escuchaban las voces –lejanas, nunca tan lejanas (ahora si, por fin, nuevamente encerradas en la pantalla del televisor) de los comentaristas del partido; los editorialistas interesados de una angustia que desbordaba por los cuatro costados a las pantallas. Esas voces también eran descarnadas. Por un lado nosotros en las sillas, parados , o sentados en el piso ocultando nuestros rostros entre las manos, llorando o destilando bronca, en todos los casos; shokeados. (Por suerte el futbol es uno de los pocos reductos en que está permitido desplegar las subjetividades lacrimógenas en público). Mientras las reacciones corporales (cuerpos en carne viva) se confundían y se atropellaban, el televisor y su realidad se replegaba y se alejaba de nuestras vidas, dejábamos de ser el mundial, ser-Maradona y la selección, pero también nos despedíamos lentamente de esos devenir-periodistas (esas horas y horas de tv y notas deportivas que consumimos en estas semanas), toda esa escenografía (periodistas, jugadores, publicidades, luces y emotividad al mango) empezaba a desinflarse, dejaba de ocupar todo el espacio de nuestra cotidianidad y lentamente –como partículas de mercurio que retrocedían para buscarse y fundirse en una sola gota- se envolvían volviendo a los marcos de la pantalla de TV. Si, la realidad se nos aparecía brutal y descarnada sobre el rostro. De un lado, un televisor, del otro nosotros juntando nuestros pedazos. Esta es una de las tantas cuestiones por las que reivindicamos al fútbol, (su dimensión afectiva, no a su faceta mercantil. Si es posible esta separación en medio de lo promiscuo y retro alimentante de esta convivencia…). Pocas situaciones de la vida social nos ponen ante la evidencia desnuda del poder de la Realidad. Si, con mayúscula. Pocas veces sentimos en nuestra sensibilidad y en nuestros estados de ánimo un rechazo más visceral por lo dado, por lo obvio y macizo de su materialidad. Un malestar sentido de manera intensa y desbaratadora. Excepcionalmente experimentamos el malestar que ocasiona la Realidad.
¿Qué hacer con este malestar? , ¿Se puede habitar de manera potente?

Hay que alentar a Marado...

Cada cabala, cada ubicación para ver el partido, todos los nervios a flor de piel que convivieron estas semanas con nosotros, jugaron el mundial. Un error en la cabala podía ser entendida como una derrota... Cada cabala requería técnica, táctica, sacrificio, creatividad y amague a las rutinas que hacían de patadas anti-futboleras...
Llego la perdida, nuestra derrota, todas las cabalas entraron en una inspección despiadada... Los que no miraban para abajo, nos mirábamos entre lágrimas y decíamos ¿Hicimos todo bien?... Buscábamos una respuesta, alguien que nos invente otro partido. El dolor nos dejo paralizados... podemos caer en un nihilismo reactivo, en donde nos dejara de interesar el fútbol y todo a su alrededor (consideramos al fútbol solo como un negocio de mierda). O sino tomamos un postura culpabilizadora, y puteamos a los jugadores, el técnico, los dirigentes, sus hijos, nietos, el presidente, etc... pero eso no nos convence... los jugadores dejaron todo, huevos, garras, belleza, momentos de muy buen fútbol... el técnico es Dios, y la premisa es simple: hay que alentar a marado... hay que alentarlo hasta la muerte... porque yo a Diego lo quiero, porque yo soy un bostero y lo llevo en el corazón. Otra posibilidad es armar un grupo terrorista, conseguir guita de donde sea y tomarnos un Avión a Alemania para cagar a trompadas a todos los hinchas alemanes, los jugadores, y colgar al siete alemán del travesaño... pero es claro que es una salida esquizofrénica y exagerada que profundizara más nuestro dolor.
Quizá lo único que nos quede, es aquello que nos demuestra el fútbol todo el tiempo... vive del dolor... nace de la derrota... no habría posibilidad de semejante amor al fútbol sin la maldita derrota... quien no lloro alguna vez por la pelota, tanto por tristeza, como por la más grande de las felicidades... Los ingredientes del fútbol ya los conocemos, conocemos bien la cara con lágrimas contra el barro... ya sabemos lo que es esperar cuatro años continuamente... y justo en ese momento nace cada Mundial, desde ahí lo comenzamos a jugar, de todo este dolor y bronca que fluirán entre nosotros hasta conseguir la gloria, esa que late en nuestra cien cuando se acerca el partido, esa que ya nos dará un Mundial. Confiemos, de este dolor va nacer nuestro proximo mundial.

jueves, 1 de julio de 2010

Pier Paolo Pasolini sobre el fútbol (Publicado en la edición de hoy de Página/12)


Por Pier Paolo Pasolini *

El fútbol es un sistema de signos, o sea un lenguaje. Tiene todas las características fundamentales del lenguaje por excelencia, el que nosotros nos planteamos en seguida como término de confrontación, o sea el lenguaje escrito-hablado. De hecho, las “palabras” del lenguaje del fútbol se forman exactamente igual que las palabras del lenguaje escrito-hablado. Ahora bien, ¿cómo se forman estas últimas? Se forman a través de la llamada “doble articulación”, o sea a través de las infinitas combinaciones de los fonemas que son, en italiano, las veintiún letras del alfabeto. Los fonemas, por tanto, son las “unidades mínimas” de la lengua escrito-hablada. ¿Queremos divertirnos definiendo la unidad mínima de la lengua del fútbol? Veamos: “Un hombre que usa los pies para patear un balón” es esa unidad mínima: ese “podema” (si queremos seguir divirtiéndonos). Las infinitas posibilidades de combinación de los “podemas” forman las “palabras futbolísticas”, y el conjunto de las “palabras futbolísticas” forma un discurso, regulado por auténticas normas sintácticas. Los “podemas” son veintidós (casi igual que los fonemas), las “palabras futbolísticas” son potencialmente infinitas, porque infinitas son las posibilidades de combinación de los “podemas” (en la práctica, los pases de balón entre jugador y jugador); la sintaxis se expresa en el “partido”, que es un auténtico discurso dramático.

miércoles, 30 de junio de 2010

La locura

Mira fijo al campo de juego (la materialización de su libreta de notas..., un tablero con fichas.). Se mueve para todos lados (como un animal encerrado), grita, putea, se agarra el pecho, la cabeza, se sienta resignado o sale disparado del banco de suplentes a dar una indicación (una galería de tics, signos de la desmesura…). Esta loco. Mira a los jugadores, les marca el pase, los ordena,…ellos lo miran a veces con temor, a veces resignados…nada de dejar hacer, todos pueden dar más…
Tiene un plan en su cabeza, a infinitas y caóticas velocidades se dibujan los esquemas de juego y las opciones de pase, miles de flechas, diagramas de partidos, situaciones que se hacen visibles y luego se desdibujan. Pizarrones, tácticas, estrategias…pero el no juega. El maneja toda la información, pero está afuera.
Tiene una fijación neurótica: buscar el arco contrario.

De expertos, ignorantes y pragmáticos. Un dialogo entre diferentes filosofías futboleras. (Bielsa, Lippi, Dunga, Maradona).

(Aclaración: esta nota indaga sobre el estilo y la filosofía futbolera de diferentes DTs mundialeros. No niega la premisa contingente del juego amado: Se puede leer y leer un partido, pero si pateas al arco y la pelota pega en los dos palos y recorre la línea, anda a cantarle a Gardel…)

lunes, 28 de junio de 2010

¿La pelota no se mancha? (Fútbol, ilegalismos y tecnología)

Sabemos que el fútbol opera en la actualidad como una trinchera para la nostalgia. (Si, nostalgia y no recuerdos o memorias, futbol era el de antes, che). Es más, el futbol funciona como unos de los últimos reductos contemporáneos para los pensamientos esencialistas (obviamente, ese esencialismo simpático y necesario “Soy hincha desde la cuna hasta el cajón”, “Podes cambiar de mujer o de partido político, pero no de cuadro”. Los colores de la camiseta se inscriben sobre la piel en la infancia y con los años van penetrando nuestros cuerpos hasta diluirse en nuestros huesos…casi imposible de extirpar, o al menos imposible sin ser un desertor de tu vida social, con la previsible consecuencia de ser arrojado al ostracismo).

sábado, 26 de junio de 2010

El Diego: La lección del ignorante

Una máxima del Maradona DT parece ser vincularse con los jugadores en tanto lo que ellos “saben” y “piensan” de fútbol. Seguramente muchos técnicos lo hagan, pero tal vez Maradona radicalizó ese axioma, o por lo menos lo hace más público que los demás. El jugador sabe; el jugador piensa; hay que reconocer y basar la labor del técnico en el saber de los jugadores (y en sus intuiciones) –y no sólo en el de uno o dos jugadores “intérpretes” del DT-.
Dice Maradona: "yo le fui a contar a Messi que a mí nadie me dijo dónde tenía que jugar. Entonces, yo no le tenía que decir a Messi dónde él tenía que jugar".
Es que el Diego trastocó los lugares, o mejor dicho, intentó minimizar las fronteras o las divisiones entre los roles: por un lado no dejar el “saber” técnico del lado del DT, sólo del lado del cuerpo técnico, sino implicarlos a los jugadores en esa, invitarlos a ellos mismos a desplegar lo que saben (escuchándolos, animándolos, “no explicándoles”...) y por otro lado, llevar el saber, las mañas, los gestos del Diego-jugador de fútbol al lugar del DT: “El Diego piensa como jugador, y eso nos fortalece, nos hace muy bien… nos entiende”, dice Tevez; "Diego encontró el tono exacto. Estaba tranquilo pero decidido y seguro. Diego vive esto de forma todavía más intensa que nosotros, se siente un jugador. En el vestuario teníamos la piel de gallina, no nos lo vamos a olvidar nunca más en la vida", dijo Demichellis refiriéndose al partido debut (y sabemos que hay inteligencia sólo allí donde hay voluntad, emoción y afectos). Es ya común durante un partido ver a Verón acercándose al banco e intercambiando impresiones con Maradona, de igual a igual. Hay que decir que el mismo Diego muchas veces se refirió a que nos es técnico, sino jugadorista…

Marcelo Bielsa: Entre el riesgo y la prudencia

"Apostar a un empate lo veo más complicado que intentar ganar. Ganar es más fácil que hacer un proyecto para conservar un empate y no perderlo", sentenció Marcelo Bielsa el día anterior de disputarse Chile-España. Muchos estábamos esperando este partido. Un partido que se presentaba a priori con dos equipos similares (repito: similares, no iguales) que contrastan con la mayoría de los equipos que pudimos apreciar hasta el momento en la copa del mundo: los une eso que comúnmente se llama “ir a buscar el partido”.
Un partido tiene un comienzo, que baila sobre un equilibrio precario, frágil, cargado de plena contingencia como es el cero a cero. El gol es el acontecimiento más importante del fútbol; se gana o pierde por ellos. Pero en medio de todo esto hay estéticas y filosofías. ¿Empiezo a defender y atacar desde mi arco, o desde el arco de enfrente? ¿La pelota es mía o de los demás? y podemos seguir muchísimo más… Pero siempre sea cual sea mi concepción esta se posa en un concepto, aunque inextricablemente atado a la incertidumbre y lo impensado. El juego es movimiento, ir a buscar los arcos, desplazamiento de cuerpos y exposición.

jueves, 24 de junio de 2010

El mundial: entre las pantallas y el juego...


Las imágenes del mundial 2010 se bifurcan por miles de pantallas por toda la ciudad. Pantallas dentro de pantallas rompen con la imagen común del espectador…

lunes, 21 de junio de 2010

Remeras apretadas

No, dame el modelo ajustado. Estas palabras deben escucharse con frecuencia en los vestuarios. Los jugadores exigiéndole al utilero la remera ajustada. Pero no seamos anacrónicos, actualicemos los términos. Aggiornemos el lenguaje del fútbol a la era del espectáculo. Podemos cambiar la palabra jugador por la de modelo, la de utilero por la de vestuarista, y la de vestuario por camarín. Si, ya sé, estoy siendo un poco exagerado, permítanme la catarsis.

domingo, 20 de junio de 2010

El equipo de Joao Havelange


Siempre igual estos negros culo roto. Tienen culo y además los ayudan los árbitros, esta fue la sentencia implacable que un amigo grito cuando Luis Fabiano hizo el tercer gol de Brasil. Por unos segundos pensé en recordar el gol con la mano de Maradona, para hacerle ver que nosotros también hemos robado partidos. Pero al instante me arrepentí; eso fue otra cosa. No fue un ilegalismo futbolero. No fue un simple gol con la mano. Fue –y es- un mito: la mano de Dios.

Primer Game Over


Game over para Camerún. Los leones fueron el primer equipo en quedar eliminado del mundial. Si, se que la meritocracia no tiene lugar en el futbol. Tampoco la noción de justicia. (Los goles no se merecen, se hacen…, apura algún profeta del realismo crudo). Pero al menos por unos minutos no nos dejemos correr, paremos la jabulani. Camerún dejo en el vestuario la conciencia del opresor (la gran mayoría de los equipos africanos parece acercarse cada vez más al gris orden táctico europeo) y salió a atacar, salió a buscar el arco rival. Lo hizo de manera desordenada, dejando espacios en el fondo, desbalanceando el equipo o equivocando las opciones de pase, pero no renuncio a jugar. Desde los primeros minutos de juego el área de Dinamarca se lleno de camisetas verdes. Es verdad que en muchas situaciones los ataques africanos terminaban en el embudo del centro del área. Pero ¿que había del otro lado? Un deslucido y mezquino equipo europeo (otro más de los desvitalizados equipos del viejo continente. Y nunca mejor dicho, viejo continente; cansado, anquilosado, impotente…). Dinamarca apelo a la lógica especulativa. Busco el error ajeno. Cuando consiguió los goles, se replegó y defendió la ventaja. Ganó regateando. Aposto un peso a un número, gano dos y se los guardo apresurada en los bolsillos. Nuevamente escucharemos el cínico y cruel “Ganó y punto”. No caben dudas de que esta visión del futbol se conecta muy bien con los programas deportivos de la televisión por cable, esos que repiten hasta el hartazgo los resúmenes de goles de la jornada. No interesan los 90 minutos, se editan los goles y punto. Ayer a la tarde un amigo me dijo “Che, bien Dinamarca ¿no?”, ¿Qué?, le conteste sorprendido, “y si, gano”. Los goles vistos en algún noticiero o programa de futbol, ya habían sido suficientes para formar la opinión. Ganó, por lo tanto habrá jugado bien. La actitud ofensiva de Camerún en este partido fue el resultado de cambiar una relación de fuerzas. Como ya paso con otros equipos en el mundial, los jugadores de Camerún fueron a hablar con el técnico Gales para hacerle saber su disconformidad con el planteo táctico del equipo en el partido con Japón (bastante poco arriesgado, con Eto´o jugando por la banda derecha como lo hace en el Inter de Mourinho). Producto de esa charla, el equipo camerunés tuvo una apuesta mucho más ofensiva. En pocas palabras, Camerún perdió, pero yendo al frente. Para algunos esto es un gesto de inocencia de los africanos (en esa postura racista de infantilizar a los equipos africanos… “Son desordenados, no prestan atención”), para otros –de los que no gozamos con el futbol solido- esto es una apuesta por mantener vivo el sentido del juego.

jueves, 17 de junio de 2010

Banquemos las vuvuzelas (la mas maravillosa música...)


Es un mundial que recién empieza, pero ya sabemos por una de las cosas que lo vamos a recordar: las vuvuzelas. Si, un detalle, un dato de color, lo exótico que seduce. La palabra vuvuzela proviene de la lengua zulú, y significa “hacer ruido” o “baño de ruido”. La melodía que emana imita al barritar de los elefantes. Hay quienes midieron su estruendo en un estadio lleno, y dicen que alcanza los 127 decibeles, prácticamente los mismos que genera el despegue de un avión – y ya hay profesionales que hablan de daños irreparables en los órganos auditivos. Ya antes del mundial se hablaba de prohibirlas. Pero el Comité Ejecutivo de la FIFA las permitió y una y otra vez, Rich Mkhondo, vocero de dicho organismo sale a declararlo, ante pedido del Comité Sudafricano. Las vuvuzelas son una creación ancestral, portan una insignia legendaria de múltiples luchas políticas. Sumado esto a un país que pretende mostrar una nación integrada, unida, donde el fútbol es de negros, y el rugby de blancos. Pero empezaron las quejas en el mundial. Los jugadores dicen que no se pueden comunicar en la cancha, que no oyen al compañero, que se hace imposible apreciar una indicación táctica desde el banco (tenemos nosotros el ejemplo de Argentina, y la desatención de Demichelis contra Corea, originada según nuestros jugadores, por las estridentes trompetas). Los medios que cubren la copa –la BBC de Londres a la cabeza- enardecidos con que se complican las transmisiones. Lo cierto es que por el momento la FIFA las sigue permitiendo. Aunque el director ejecutivo del Comité Organizador, Danny Jordaan, dijo que si era necesario prohibirlas lo harían, y que preferirían que las personas canten.

miércoles, 16 de junio de 2010

Fútbol y pensamiento...(Fragmento)

“…Para nosotros hablar de fútbol y pensamiento no es plantear un oximoron. No concebimos al fútbol como una pasión irracional destinada a ser objeto de estudio de académicos preocupados por los componentes barbaricos de la cultura moderna. El futbol para nosotros no es el opio de los pueblos. El fútbol es en nuestra sociedad – y en una gran porción del planeta- una de las primeras interpelaciones que nos producen en nuestra infancia. Una de las primeras formas de socialización; ¿Cómo te llamas?, ¿De que cuadro sos?. Quizás, luego de la subjetividad de hijos –o junto a ella- nos heredan/producen la subjetividad de hinchas. El fútbol –la identificación con un cuadro, el vínculo libidinal con la pelota- es una de las inscripciones primarias a nuestra cultura. Pensamos al fútbol como lugar de enunciación y no solo como enunciado. Nos desplazamos de la escisión cuerpo/pensamiento, razón/ irracionalidad. El fútbol es un lugar de pensamiento; el futbol no es únicamente lo pensado, sino un lugar desde el cual pensar. Si creemos que desde el fútbol se piensa (y si compartimos que se piensa desde el cuerpo, como diría Nietzsche Desconfío de todo pensamiento que no sea a su vez una fiesta de los músculos), el fútbol es entonces un lugar de acontecimientos. Y los acontecimientos -cuando nos afectan y nos atraviesan- devienen problemas que nos convocan a pensar….”

martes, 15 de junio de 2010

Sobre la Jabulani...



¡Cuánto se esta hablando de la pelota! Que es liviana, vuela, serpentea en el aire y confunde a cualquier arquero. Julio Cesar –arquero de Brasil, de los mejores del mundo- dijo que parecía de esas pelotas compradas en un supermercado… La bocha sabemos que la confeccionó Adidas -casualmente, la misma con la que se juega en Argentina. Es una pelota livianita, que persigue confundir y complicar arqueros, para hacer mas entretenido el mundial, con más goles, a sabiendas de lo aburrido y poco goleador del último en Alemania. ¿Cómo se confeccionó dicho balón? Mediante técnicas de alta gama, y probada por máquinas robotizadas. Nada de aquella artesanidad de antaño, de pelotas cosidas, o probadas por jugadores de carne, sangre y hueso. Estos robots sirven para que un par de expertos (seguro que un par de pechos frío, que capaz ni les gusta el fútbol) comprueben mediante estadísticas y ensayos contables el derrotero de su fisonomía. Ahora bien, les pegunto: ¿Por qué se juega con esta pelota de laboratorio? Si la bocha es el cincel para que 22 artistas en una batalla se peleen por modelar la mejor figura, con diferentes formas, tácticas, gustos y estilos, ¿por qué tienen que estar disconformes y a disgusto? Voy a decir algo que ya sabemos, pero vale repetirlo: el mercado se infiltra en todos lados. Si, hasta en algo tan íntimo como la pelota con la que se juega. Y nadie puede decir nada; pregúntenle a Cacá, que Adidas (marca que lo viste) ya lo llamó para que baje los decibeles con las críticas… Es que no solo complica a los arqueros (el de Inglaterra, Argelia, y seguro va a ver más), si no también a todos los demás. Si los Kaka, Verón, Pirlo, Gerard, Messi, encargados de abrir los imposibles ante los posibles que impone un entramado defensivo contrario, se quejan, que queda para nuestro amado juego… No se buscan los goles por la calidad, prestigio y sapiencia deportiva, sino por fallas de los intérpretes. La pelota, como cosa fálica -aunque espectacularizada-, habrá que saberle agarrar la mano y curtirse. Como cuando íbamos a la escuela, y en los recreos lo único que queríamos era jugar al fútbol, y armábamos cualquier pelota con lo que teníamos a mano, como las cajas de cepita, papeles, piedras o cascotes, y nos hacían alcanzar el éxtasis fervoroso del gol.

Postales mundialeras...



*Para Guy Debord la dimensión de lo común en la sociedad del espectáculo está dada por lo que todos miramos a la vez. El acontecimiento global del mundial de fútbol se inserta en este axioma. Pero también lo desborda; lo común emerge no solo por lo que miramos (esos fascinantes rectángulos verdes que capturan nuestro campo de visibilidad) sino también por una sensibilidad compartida. Eso es lo que añoramos en el tiempo de no-mundial. Una capa sensible que cae como un rocío sobre nuestras pieles. Esa incomodidad de las tareas individuales, la intuición de que algo nos desborda. (Algo que no puede atrapar nuestra piel).

Acertijo...

¿Esta imagen de Messi pertenece a la playstation o al partido del sábado frente a Nigeria? Oh! la bella textura del espectáculo...